Ultima actualización: 2012- 08-29
Fotografía: Este es el hall de acceso al segundo
piso de la mansión de don Juan Uribe Mondragón, construida cerca de 1835, en
Medellín. Al fondo Tomás Uribe Santamaría, hijo de don Juan, y tres de sus
nietas.
Fotógrafo: Sin identificar.
Medellín, Colombia. Ca. 1890
Descripción:
Importante fotografía que ilustra el interior de una de las mas destacadas
casas construida a principios del siglo XIX, en Medellín. Durante años fue la
mas importante, moderna y elegante residencia familiar de la época. Esta casa
se convirtió en uno de los faros de referencia para las posteriores
construcciones civiles y la decoración en Medellín.
En una de las
esquinas del costado occidental del Parque de Berrío,*
se construyó la suntuosa casa de don Juan Uribe Mondragón. Por desgracia la casa y el almacén de
mercancías, se incendió el 16 de Abril 16 de 1830,**
días antes que fuera habitada por la familia Uribe Santamaría.
Un sábado en la noche el
vigilante de la construcción, se fue de fiesta y olvidó apagar una vela de
cebo; este fue el detonante para que la casa fuera consumida por las llamas.
Después del incendio, don Juan tomó la decisión de reconstruirla, él la
visualizó como la mas importante, moderna y elegante residencia familiar de su
época.
“La Casa de la
Plaza Mayor” fue el domicilio oficial de el señor Uribe Mondragón y estaba
ubicada diagonal a la iglesia de La Candelaria (en el cruce de la carrera
Bolívar con la calle Colombia).
*El
céntrico Parque de Berrío , era antiguamente llamado Plaza Mayor o Plaza
Principal.
**
De Plaza Mayor a Parque Berrío.
Bravo Betancur, José María.
Universidad EAFIT. Medellín,2007. Pp.38-39.
Segundo escudo de Armas otorgado por Carlos II en 1678, a la nueva Villa de Nuestra Sra. de La
Candelaria de Medellín.
Esta bella
mansión, como la llamó el historiador y cronista Enrique Echavarría Echavarría
en su libro “Crónicas e Historias Bancarias de Antioquia”, cambió el estándar
de vida de las familias adineradas del departamento, que no eran pocas, pero si
tenían la costumbre de vivir de una manera austera, como si fuera una virtud.
Por sus salones
y corredores desfiló lo mejor de la sociedad antioqueña, así como también las
personalidades eclesiásticas, políticas,
militares e intelectuales
que visitaban la ciudad. En ésta residencia se degustaban los mejores vinos, lo
mejor de la gastronomía regional y en sus salones se escuchaba música culta
(interpretada en el primer piano de la ciudad), las primeras orquestas y
artistas debutaban y animaban pomposos
bailes y reuniones sociales, al mismo tiempo que se discutían y se
tomaban importantes decisiones económicas y políticas sobre la ciudad y el
departamento.
Muchos años
antes de los millonarios don Pepe Sierra y Carlos Coriolano Amador, Medellín
conoció el gran lujo con don Juan Uribe
Mondragón. El, educado en Europa, desde joven conoció un estilo de vida
elegante y refinado, distante del estilo sencillo propio de la idiosincrasia antioqueña. El y su
esposa María Teresa, hija del español Manuel
Santamaría Fernández (1734 - 1787),
vestían al mejor estilo europeo, escuchaban música culta y tomaban vino en
copas de cristal. Otros ejemplos del estándar de vida de la familia, fueron la
adquisición del primer piano de la ciudad en el año de 1825 y también del
primer carruaje tirado por caballos (comprado en Jamaica antes de 1836). Ellos
vivieron en las dos principales casas* de
Medellín (ambas decoradas con muebles europeos).
No existe
registro alguno de otra familia en Antioquia, que hubiera vivido tan
pomposamente como ellos lo hicieron en la primera mitad del siglo XIX.
*La
Casa de La Plaza Mayor y la famosa “Casa Quinta” ubicada sobre la calle
Carabobo, se destinó para el recreo y descanso de la familia Uribe Santamaría.
Las dos casas estaban a cuatro cuadras de distancia.
Ubicación de La Casa de Juan Uribe Mondragón, en el parque de Berrío. Fotógrafo: Melitón Rodrígez, 1910.
La mansión fue
reseñada en los libros de historia por su arquitectura y decoración. Esta se
destacó por: ser una viviendas de
dos plantas, lucir una elegante escalera tallada en madera, paredes con papeles
de colgadura (hechos a la medida de las paredes), balcones en ambos frentes de
la casa, el manejo de la luz (tanto natural como artificial) y los techos
cubiertos con cielorrasos y molduras de yeso. También debieron sorprender al
visitante los luminosos paneles con vitrales de diseños geométricos. Estos
tenían dos finalidades: darle mayor privacidad al segundo piso de la casa* y permitir el paso de la luz natural.
Adicionalmente
al suprimir el corredor interior, de los patios de la casa, se aumenta el área
de las habitaciones, generando una sensación de mayor amplitud.
*Antiguamente,
el segundo piso de las casas de familia era ocupado por los Señores, mientras
que el primero era ocupado por la servidumbre. En el siglo XIX y gran parte del
XX existió una gran diferencia entre las clases sociales.
La familia
Uribe Santamaría, se esforzó por mantener la casa siempre impecable, como nueva. El historiador y cronista Eladio Cómina Chorem escribió en su libro
Apuntes para la Historia del teatro de
Medellín: “La casa (hoy de Berrío) estaba
circundada de casas de balcón pero tan viejas, Tan derruidas –menos la de D.
Juan Uribe Mondragón (actualmente de don Tomás Uribe)- que parecía que pedían
ordenes de irse a tierra.”
Detalle del segundo nibel de la casa.
Con respecto a
la decoración, la casa de La Plaza Mayor brilló por el esplendor de sus
habitaciones y salones. El mobiliario europeo fue adquirido por Juan Uribe Mondragón en sus viajes al
extranjero. Las mesas y sillas, lámparas y candelabros de cristal, tapetes de
seda, cuadros, papeles de colgadura hechos a la medida de la pared y los
espejos.
“...cinco famosos y enormes espejos, con marcos de madera laminada en oro, que
estaban reunidos en uno de los
salones de la casa.” Mejía de
Olarte, Clara. Descendiente. Medellín, 1988.
Anécdota familiar:
“La
señora Carlota Uribe Latorre de Urreta
heredó de su padre uno de ellos y a su muerte pasó a manos de su nieta Carlota Urreta Castro de Arango. “Este
espejo era tan alto que no cabía en el nuevo apartamento de la Señora, ni
siquiera apoyado sobre el piso” (recordaba una de sus hijas). Posteriormente una parienta de apellido Sañudo o
Santamaría compro el espejo en la década de 1980.” Efigenia Arango de
Duperly, hija de Carlota Urreta de Arango. Medellín,1994.
Finalmente, a
la muerte de don Juan Uribe, la propiedad pasó a manos de su hijo Tomas Uribe
Santamaría. Tomas murió en el año de 1897 y la mansión la heredó Carlota Uribe
Latorre de Urreta. Ella y sus hijos vivieron con don Tomas, su padre y
abuelo, desde que ella enviudó en
el año de 1892. Carlota y sus hijos habitaron la casa varios años hasta
que fue enajenada a principios del
siglo XX. La venta de la casa marcó el final de su esplendor.
La casa
familiar paso a tener un fin comercial, cuando la compró Lalinde Mejía &
Cia.
En 1919 fue consumida por la
llamas, dejándola en cenizas.
“…Dos
veces fue construida esta morada; dos veces fue quemada; la ultima en un
incendio que se llevó cosa de media manzana; una noche del año de 1919.” Echavarría Echavarría, Enrique. “Crónicas e Historias Bancarias de Antioquia”.
2003. P.265
En su lote se
levantó un edificio edificiode tres pisos, de José María Sierra (el Ed. Sierra)y
también funcionaron el Banco de Bogotá
y el de Londres.
Citas textuales varias:
- En la pagina 86 del libro Miscelánea sobre la historia, los usos y las costumbres de Medellín, Alberto Bernal Nicholls (medico, escritor, investigador y cronista. Rector de La Universidad de Antioquia) escribió: “Por este camino (Guatapé) se introdujo en el siglo pasado todo el comercio de Antioquia. A espaldas de indios se transportaron pianos de cola, grandes espejos y toda clase de muebles y artículos de lujo que los hubo y de verdad en las casas y salones elegantes de Medellín. Todavía nos tocó conocer las bellezas que importaron D. Juan Uribe Mondragón, la familia Herrán y D. Carlos Coriolano Amador, para no mencionar nada más que estos tres nombres. Se sorprende uno de que todas aquellas maravillas, tan delicadas y de tanto peso se hayan podido transportar por tales caminos.”
- También escribió en la página 87: “En cuanto a mansiones elegantes, adornadas con muebles traídos del exterior a espaldas de fornidos cargueros, en donde se celebraban suntuosas fiestas sociales como fueron los bailes que daba D. Juan Uribe Mondragón en su casa de la plaza mayor y en la Quinta (las mas antiguas); o las de D. Carlos Coriolano Amador en su palacio de la calle del Comercio (hoy Cra, 50), o en el de su hijo José María en La Playa de la Quebrada o en sus casas de campo de Belencito y Miraflores; o en la Alameda en la casa de del General Pedro Alcántara Herrán…”
- Y en la página: 97 escribió: “El Obispo Juan de la Cruz Gómez Plata, natural de San Gil y que había estado como oficial del ejercito patriota en Boyacá, fue nombrado obispo de Antioquia, cuando el gobierno del general Santander. D. Juan Uribe Mondragón había traído la primera carroza que tuvo Medellín (1837); la acondicionó para que el señor Obispo hiciera su entrada a Medellín y se la envió a La Toma pero el señor Gómez Plata decidió entrar a pie hasta la iglesia de La Candelaria.”
- En la página 652 del libro Historia de Medellín, Tomo I y II, Compañía Suramericana de Seguros, escriben lo siguiente: El nacimiento musical de Medellín ocurre en 1837, con la llegada del ingles Edward Gregory MacPherson y su gestión durante casi quince años. Este fue el primer músico serio que enseñó en Medellín. De su infatigable tarea sobresale la conformación , a principios de 1838, de una banda para conciertos con piano, violines, flautas y fagot... la cual debuto ese mismo año en la recordada fiesta baile que ofreció Juan Uribe Mondragón para estrenar su residencia, que sería después el Parque de Berrio.”
- Texto tomado del libro Medellín Ciudad Tricentenaria 1675 - 1975, pagina 46: “…La banda dicha, dirigida por José María Ospina, se estreno en un suntuoso baile que dio Don Juan Uribe, al inaugurar su casa en la Plaza Principal, casa que fue luego de Don Tomas Uribe. Este baile que costó $500, fue el asombro de los invitados, por la abundancia y riqueza de los vinos, bizcochos y alumbrado. Los bailes de moda en esa época eran el valse común, vueltas, contradanza…”
- Enrique Echavarría E. en su libro Crónicas e Historias Bancarias de Antioquia, páginas 264 -265, hace referencia de don Juan Uribe Mondragón y su casa de la plaza principal:“La casa de la ciudad de don Juan se hallaba situada en una de las esquinas de la plaza principal, donde hoy está el Edificio Sierra. Don Juan construyó su casa dos veces; la terminaba por primera vez y la familia se preparaba a estrenar la bella mansión. Mas he aquí lo de un sábado en la noche. El cuidandero supo que en la Quebrada-abajo se daba un baile, en casa de un compadre suyo; deseó asomarse; creyó que era cosa de un momento; colocó una vela de sebo en las gradas de la escalera principal y la cuño con viruta; se alejó; llegó al baile; se tomo unos tragos del delicioso aguardiente y sacó pareja; y no pensó más que en divertirse; cuando volvió a sus cabales, las campanas de la Catedral tocaban plegaria; la casa de don Juan ardía; éste su dueño llegó primero, se sentó junto a la pila a verla arder y gritaba al pueblo: déjenla quemar, la haré más bonita y corregiré los errores arquitectónicos en que se incurrió. Tales eran su temple y su carácter. Dos veces fue construida esa morada; dos veces fue quemada; la ultima en un incendio que se llevó cosa de media manzana; una noche del año de1919. La casa de la plaza, de don Juan, la heredó su hijo don Tomas Uribe S.; éste y su señora doña Domitila Latorre vivieron y murieron en ella. La finca de campo la heredó su otro hijo don Juan Uribe Santamaría, hombre notablemente pomposo. El abrió calles y dejo toda una cuadra para edificar su suntuosa quinta.”
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